El término "paradoja francesa" fue introducido por S. Renaud en la década de 1990 para describir la baja incidencia de enfermedades del corazón y la obesidad entre los franceses, en contraste con su dieta relativamente alta en grasas. Se cree ampliamente que el consumo de vino tinto, rico en trans-resveratrol y otros polifenoles dietéticos, es la principal causa de esta paradoja. Dadas las propiedades contra el cáncer bien documentados del trans -resveratrol , es natural esperar que el consumo moderado de vino tinto podría disminuir las tasas de cáncer, especialmente de las formas más frecuentes de cáncer, como cáncer de mama y de próstata.
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Sin embargo, estudios recientes han demostrado inequívocamente que incluso el consumo moderado de vino tinto o blanco aumentan notablemente las posibilidades de cáncer de mama, mientras que el consumo moderado de vino tinto disminuye sustancialmente la tasa de cáncer de próstata. También se sabe que el consumo moderado de vino blanco o cerveza no afecta a la tasa de cáncer de próstata. El contenido de alcohol debe ser considerado como el factor principal responsable de esta disparidad entre los diferentes tipos de cáncer, pero existen también otros importantes factores.
Al igual que cualquier producto alimenticio, el vino tinto contiene una mezcla compleja de compuestos orgánicos relacionados estructuralmente. Uno de estos compuestos es el trans -resveratrol. El predominio del trans-resveratrol viene junto con un compañero menos conocido, cis -resveratrol. Además aparece el dihidro-resveratrol que es un metabolito conocido del trans -resveratrol.
El dihidro-resveratrol ha demostrado tener fuertes propiedades proliferativas en líneas celulares dependientes de hormonas y a concentraciones muy bajas. Este efecto no se ha observado en líneas celulares sin receptores de estrógeno. Este efecto proliferativo podría ser invertido por la acción de los antagonistas de los estrógenos, tales como el tamoxifeno, medicamento que se utiliza contra el cáncer de mama. Probablemente el dihidro-resveratrol sea un análogo del 17β-estradiol y otros estrógenos sintéticos como dietilestilbestrol.
Debido a lo anterior, es razonable suponer que la presencia de dihidro-resveratrol en los vinos tintos puede ser parcialmente responsable de la diferencia observada entre el cáncer de mama y cáncer de próstata en relación con el consumo moderado de vino.
