El interés por el resveratrol alcanzó su punto máximo a partir de 2003, cuando Howitz y sus colegas identificaron al resveratrol como un potente activador de la sirtuina SIRT1 y ser así capaz de imitar los efectos de la restricción calórica y de regular la longevidad en organismos inferiores: levaduras, gusanos, moscas (aunque sigue siendo una cierta controversia de este organismo) y también en peces.
Aunque hay una considerable cantidad de datos que apoyan el papel de resveratrol en la prolongación de la vida, los últimos datos sugieren que la sirtuina SIRT1 no puede aumentar la longevidad en el gusano Caenorhabditis elegans y la mosca Drosophila melanogaster . Por tanto, en la actualidad, el papel exacto de resveratrol y SIRT1 en la longevidad es aún objeto de debate. Lo que sin embargo sigue siendo indiscutible es que el resveratrol parece retrasar o atenuar muchas enfermedades crónicas en modelos animales.
Los primeros estudios en humanos también están demostrando que el resveratrol puede mejorar el estado general de salud metabólica.
Por otro lado, otra serie de experimentos concluyen que el resveratrol y otros polifenoles tienen una biodisponibilidad muy baja en humanos, se metabolizan muy rápidamente, lo que lleva a la preocupación de que muchos de los efectos beneficiosos para la salud que han sido observados en cultivos celulares en laboratorio, realmente no puedan ser posibles en nuestro organismo.
Por lo tanto, una cuestión importante - aunque difícil de responder - es "cuál es la dosis de resveratrol que se debe utilizar?". En los seres humanos, el resveratrol es asimilado rápidamente después de su consumo por vía oral a una dosis baja, con detección de un pico de resveratrol en sangre unos 30 minutos después del consumo: el 70% de la ingestión de resveratrol llega a la sangre. Sin embargo, al pasar por el hígado es metabolizado ( se convierte en glucurónido, sulfato de resveratrol y dihidro-resveratrol) y pasa al intestino , donde de nuevo puede ser trasnformado a resveratrol y de nuevo pasar a la sangre o bien ser excretado en las heces.
Así, es evidente que sólo una pequeña fracción del resveratrol ingerido alcanza los tejidos del cuerpo como resveratrol. Por otra parte, la cantidad de resveratrol ingerido a partir de fuentes alimenticias, como el vino tinto en raras ocasiones sobrepasa los 5 mg / l), lo que a menudo resulta en niveles plasmáticos que son o bien no detectables o bien claramente insuficientes.
Por ejemplo, la administración de aproximadamente 25 mg de resveratrol (la dosis de muchos preprados de parafarmacia) da resultados en las concentraciones en plasma de la forma libre que van de 1 a 5 ng / ml y la administración de dosis más altas (hasta 5 g) aumentá la concentración de resveratrol en plasma a aproximadamente 500 ng / ml.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el resveratrol es lipofílico, es decir que se mezcla muy bien con los lípidos, incluyendo las lipoproteinas de las membranas celulares. Por lo tanto, es posible que los niveles de resveratrol en tejidos puedan ser de hecho mayores de que lo que se sugiere sobre la base de los niveles plasmáticos.
Además, algunos de los efectos biológicos del resveratrol también se han observado a una concentración muy baja. Por otra parte, el resveratrol ha sido mostrar a ejercer efectos bifásicos:
- El resveratrol empleado a dosis bajas (5 mg / kg / día) causa aumento de peso en ratones con una dieta alta en grasa, mientras que a dosis altas (400 mg/kg/d) , hay una marcada pérdida de peso.
- Los efectos cardioprotectores del resveratrol que se observan a 2,5 o 5 mg / kg / día se invierten cuando se aumenta la dosis de 25 ó 50 mg / kg / día.
